JUDERÍA VETULA
Casi desde el mismo origen de la Ciudad, a mitades del S. IX, parece ser que los judíos se agruparon en una zona al sureste de la muralla, en las proximidades del río Queiles, donde hoy se extienden las calles de Benjamín de Tudela, Plaza de la Judería, Hortelanos, Fuente del Obispo y la desaparecida calle de las Vueltas. Los callejones de esta zona y la actual tipología de casas estrechas y altas aún recuerda lo que fue vivienda de judíos. Eran casas de adobe o ladrillo, construidas sobre un zócalo de sillar de piedra que proporcionaba una sólida base y aislamiento de la gran humedad del subsuelo. Las fachadas se remataban con aleros dentados que recuerdan decoración mudéjar.
En este barrio primitivo parece que existieron tres sinagogas: una probablemente en la calle de San Julián, otra en las inmediaciones de la Puerta de Zaragoza (al terminar la calle Verjas) y la tercera adosada al tramo este del Claustro de la Catedral.
Este recinto es actualmente una capilla conocida como La Escuela de Cristo y su singularísima morfología recuerda las formas de las sinagogas: planta rectangular, cabecera plana, coro sobreelevado reservado al rezo de las mujeres, cubierta de madera a dos aguas profusamente decorada con pinturas, y otras decoraciones de celosías de madera y esgrafiados de inspiración almohade en las paredes.